Un verano para saborear Navarra

Pinchos y Rosado en Pamplona

El verano es sinónimo de momentos con la familia o los amigos: los días son largos y calurosos, los niños no van al colegio y todo el mundo piensa solamente en aprovechar el tiempo libre. Las comidas o las cenas cobran un protagonismo especial en este ritmo del día a día que marca la época estival. Si algunas son planificadas y organizadas con antelación, otras se improvisan. Así según el número de invitados se componen las mesas para reunirse alrededor. Con ellos, cuando se descorcha la primera botella de vino y se empiezan a servir los entrantes, los principales ingredientes ya están listos para disfrutar de una auténtica experiencia gastronómica.

Una gastronomía con Denominaciones de Origen

Si visitáis Navarra vais a saborear una gastronomía valorada desde hace mucho tiempo y con una rica tradición. En el siglo XVII el rey de la región Enrique III declaró “buena comida y buen vino, este es el cielo en la tierra”. Una afirmación que a día de hoy es más actual que nunca.

Habéis elegido un vino de Navarra para comenzar una celebración. ¡Qué deliciosa idea! Pero, no creáis que sois los primeros en tomar esta decisión. De color tinto, rosado o blanco este vino reina sobre las mesas desde la Antigüedad. Este monarca cuenta con otros nobles que le ayudan a ensalzar la reputación gastronómica regional.

Navarra es una de las principales zonas del país donde se encuentran las verduras que componen una de las huertas más exquisitas. Esto se explica por su tierra fértil y los distintos climas que la caracterizan. Sus verduras más conocidas son la Alcachofa de Tudela, los Pimientos del Piquillo de Lodosa y los Espárragos de Navarra.

Un territorio complejo que da origen en los Pirineos a dos conocidos quesos: Roncal e Idiazábal y en el que pace el ganado de Cordero de Navarra y Ternera de Navarra.

Además, por sus cualidades, estos productos han recibido muchos espaldarazos. Los vinos D.O. Navarra fueron los primeros en la región en obtener la noble distinción de “Denominación de Origen Protegida” en 1933. Esta certificación de calidad fue conquistada por el resto de sus joyas para aumentar su resplandor: la DOP Roncal en 1981, la DOP Idiazabal (1987), la DOP Pimiento del Piquillo de Lodosa (1987) y el más reciente la DOP Aceite de Navarra en 2013. Existen también indicaciones geográficas protegidas –cuyas exigencias varían de las de la DOP- con la Alcachofa de Tudela (desde 1988) y del Cordero de Navarra (2002). Y si el tiempo del rey Enrique III se acabó, un nuevo embajador le ha sucedido: Reyno Gourmet (desde 2007). Esta marca de promoción, cuyo nombre resume en sí mismo la importancia de la gastronomía navarra, está a la cabeza de la delegación de los productos certificados.

Para acompañar los vinos, coméis los platos típicos de la misma región. Los maridajes culinarios que estáis probando confirman el poder de los vinos Navarra para revelar los sabores de cada alimento. Por ejemplo, el Roncal tiene un gusto recio y ese carácter especial puede ser contrapesado con un vino tinto afrutado. Así se crea un equilibrio perfecto con el sabor amermelado de este vino.

Vino Tinto y Queso

Los rosados se pueden asociar a todo, son los vinos del verano y los mejores aliados de las verduras. Pero quizás, encuentra en el pimiento del Piquillo, que madura en este período del año, a uno de sus fieles acompañantes. Su armonía es una explosión de frescura en estos días calurosos y su colorido: los rojos y los rosas destacan sobre el fondo del cielo azul del verano. Si a esta experiencia le añadís una divertida barbacoa al aire libre con Ternera o Cordero de Navarra, veréis como no necesitáis más para sentiros de vacaciones.

Vinos y emociones

Los vinos y los productos de Navarra, además de ser de calidad, son grandes creadores de emociones que muchas veces se expresan en “la fiesta” y toman diferentes formas. Por ejemplo, en pinchos que llenan las barras de los bares. “Ir de pinchos” es una práctica habitual en las calles navarras para disfrutarlos con una copa de vino.

Pinchos y Vino Blanco

En esta región, la definición del concepto griego “gastronomía” se expresa en toda la complejidad de los elementos que la componen: la comida, las personas y su entorno. Ella reúne a los individuos para disfrutar de la experiencia en una región en torno a un territorio concreto.

Porque cada alimento que está sobre vuestra mesa representa a una zona de Navarra y la atestigua: los quesos de la montaña, las verduras de la Ribera, las carnes de los campos… Aquí, la variedad culinaria es equivalente a la diversidad de sus paisajes y los vinos son los lazos que los vinculan y relacionan. Por ejemplo, una degustación de vino con queso crea la armonía entre la montaña y la ribera de Navarra. Los maridajes entre los vinos y los diferentes productos unen los distintos gustos y transponen los paisajes en los platos y los paladares. De esta manera, son los encargados de unir la región entera a través de sabores únicos y definir su identidad gastronómica. Finalmente, probar los vinos y la cocina de Navarra es experimentar el territorio en sí mismo.

Los recuerdos del verano

Son las doce de la noche: no queda mucho en los platos y tampoco en las copas. Habéis saboreado la comida y los vinos como las risas y las conversaciones que han animado vuestra reunión. Sin embargo la luna ya se ha hecho presente y así como algunos quieren alargar las horas juntas, otros están cansados y empiezan a retirarse. Todos los mejores momentos tienen un fin, y ahora es el de vuestra cena. Pero esto no significa que lo sea con vuestro encuentro con los vinos D.O. Navarra. En realidad se ha tratado solamente del entrante porque los vinos en la Comunidad Foral no son sólo los reyes en las mesas, sino que actúan igualmente como iniciadores o guías de viaje.

Es el momento de disfrutar de los días soleados y calurosos para descubrir con los ojos los paisajes que la gastronomía navarra os ha mostrado con el paladar.

Viñas y Montañas (Las Bardenas Reales)

En este delicioso camino marcado por las bodegas y sus vinos. En ellas, quizás deberéis realizar una parada para adquirir algunas botellas para la próxima celebración.

El vino y la gastronomía no puede añadir horas a los días, pero sí que son capaces de intensificar la vivencia de cada instante.

Al final del verano, los recuerdos que tendréis de Navarra estarán compuestos por sabores, aromas, imágenes y sentimientos… que os incitarán a serviros de nuevo una copa de vino para revivir esos momentos.

P.W.

Credito fotografico : Pauline

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